Dirán que no lo saben. Dirán que es imprudente hasta evidente. No dirán nada y callarán verdades. ¿Cuántos de mis bolsillos ocupáis si es tanto lo que me pesa? ¿Cuánta ignorancia dejáis crecer en ellos que así mis rodillas ceden? Solo contadme, decidme, dejadme ver cómo vuestros ojos lloran que yo os regalaré los míos. Pero sed eficaces y aprended, observad cómo pronto los astros dejarán de contrastarnos, no siendo nuestros cuerpos aún lo suficientemente perfectos. Preguntad sobre las nubes que un día llegaron y se quedaron en la eterna conversación de los días que han pasado. Contemplad cuán frígido es el despertad que otros viven, porque el tiempo es más que un café frío y el mío empieza a saberme amargo.
sábado, 13 de septiembre de 2014
Vivid
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lunes, 16 de junio de 2014
Odysée
Dime tú cómo he de empezar cada verso que escribo, que eres exclamación sino pausa de cada arteria que me recorre y que ahora el cielo, colapsado por nubes que trajo el viento a su placer, me traen al más profundo de los mares que provoca tu existencia. Corre más allá de lo que las aves han dicho y grita que el mundo es aún infinito y hermoso. Pero aunque el sol puede haberse ido, tú sigues siendo casi celestial.
sábado, 22 de marzo de 2014
No. 4 - Cartas desde Francia
¿Quién eres y qué me has hecho?Hoy he conseguido saltar tan alto como nunca pude. Tanto que he llegado al abismo, a mi abismo, y desde allí he podido observarme durante horas. No sabes lo mucho que me aborrezco ahora que sé todo lo que he malgastado aún sabiendo que lo hacía. He visto el miedo de la forma más inútil, cubriéndome de horas de reloj y salvándote de otros sueños. Pero sobretodo, he visto oscuridad e incertidumbre, y es quizás lo que más me asusta, porque al fin y al cabo creamos a partir de lo que sabemos, como máquinas.
Juraría que no puedes imaginar cómo me siento, cómo me has hecho o cómo sería sino. Ahora solo dime, por favor, qué me has hecho.
lunes, 10 de marzo de 2014
No. 3 - Cartas desde Francia
domingo, 23 de febrero de 2014
No. 2 - Cartas desde Francia
Es como aquel libro que nunca leí.–

Desde
La Talaudière, Francia
domingo, 9 de febrero de 2014
Esfera precisa, perfecta. Creando momentos ajenos o casi propios. Marcando cada mirada, cada sabor, cada silencio. Situaciones que nos harán más sabios, para poder compartirlas en algún sillón de orejas. Etapas que nos llevarán a la agonía e incluso al desarraigo. Goteo constante de único destino. Cualquier destino.
Siendo así, ¿no es el crepúsculo la mejor razón para llorar?.-
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sábado, 1 de febrero de 2014
No. 1 - Cartas desde Francia
Solo en la lejanía que recrea tu piel en mí, como si de magia se tratase, encuentro el primero de los espejos que me harán por fin descubrir quién soy. Solo en la memoria de los espacios que nunca supe cubrir e incluso al amanecer de lo que será un hogar para tantos, aguarda ahora el antílope pese al eco en su cornamenta. Pero, si al llegar ya ha comenzado la lluvia, recuerda que bajo el abeto llueve más fuerte.
Desde
La Talaudière, Francia
jueves, 30 de enero de 2014
☁
Al final, la almohada vuelve a estar húmeda y por mis entrañas sigue corriendo la sangre. No sé si soy yo, no sé si seguir. No sé por qué.
Desde
La Talaudière, Francia
lunes, 27 de enero de 2014
Huerto de raíles
Al tren de sus añoranzas, como espejismo incierto, sonaron las campanas de un invierno atestado por la cordura más pura en ella. Pero la espera persiste y guarda tanto en los ojos de su acompañante que consigue el llanto de la libélula. Sin embargo, al final del día , la lluvia es tierra húmeda, el café es vapor y la cigarra comienza la profecía de buenas noches.
El tren se ha ido, ha anunciado la ausencia de su regreso. Emma ha dejado sus maletas, su perfume. Ha dejado su esencia y ahora todo es amapola.
Desde
La Talaudière, Francia
domingo, 26 de enero de 2014
De huesos y más
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Y me pierdo en tu valle de rosas, laguna de ansias y de dolor, en sus curvas perfectas, allí donde sólo yo quisiera habitar. Recovecos de niebla y añoranza. Es quizás el lugar más hermoso que he visto nunca y apenas nadie sabe de él. Pero así tú lo deseas, y así lo desearé yo. Es calor, es amor, es adicción. Los hoyuelos de una larga vida. Es tu valle, tu rincón.
Desde
La Talaudière, Francia
Al sonar de las doce.
Solo acababas de llegar, como haces siempre. Proclamas tu existencia sin apenas conocer de ella. Ni siquiera yo misma te habría querido allí. Pero ahí estabais, tú y el frío.
Y así fue como caí en el montón de hojas secas y el recuerdo llegó a la asfixia. Así fue como mi almohada me deseó la muerte. Muerte por el deseo de tenerte.
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Desde
La Talaudière, Francia
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